Obispos católicos denuncian las órdenes Ejecutivas Migratorias
Esta semana varios obispos católicos de los EE.UU. han puesto de manifiesto públicamente su desaprobación y desilusión por la nueva Orden Ejecutiva del Presidente Trump que restringe el flujo de viajantes y refugiados hacia los Estados Unidos por 90 a 120 días.
El Monseñor José H. Gómez, arzobispo de la Diócesis de Los Ángeles publicó una declaración lamentando las nuevas políticas.
“Lo primero que hay que decir es que parece que estas órdenes ejecutivas se crearon con demasiada rapidez. No parece que se dedicó suficiente reflexión a su legalidad o a una explicación sobre su razón de ser o a considerar las consecuencias prácticas para los millones de personas aquí y de alrededor del mundo”, escribió Monseñor Gómez.
En su función como vicepresidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. (USCCB, por sus siglas en inglés), el Arzobispo Gómez también publicó una declaración en conjunto con el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), el Cardenal Daniel N. DiNardo, de Galveston-Houston, haciendo un llamado a todos los católicos para que “participen junto a nosotros y unamos nuestras voces a la de todas las personas que defienden la dignidad humana” y prometieron, “La Iglesia no vacilará en defender a nuestros hermanos y hermanas de todas las distintas fes que sufren en manos de sus despiadados perseguidores”.
Monseñor Robert McElroy, Obispo de la Diócesis de San Diego publicó un comunicado criticando estas nuevas políticas.
“Esta semana la Estatua de la Libertad bajó su antorcha en un acto presidencial que repudia nuestro patrimonio nacional e ignora la realidad de que el mismo Señor y la Sagrada Familia eran refugiados del Medio Oriente que huían de la opresión del gobierno. No deberíamos y no estamos dispuestos a quedarnos callados,” escribió Monseñor McElroy.
Dos presidentes de comités de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU.(USCCB) publicaron un comunicado adicional en torno a la decisión de Trump de no anular la Orden Ejecutiva 13672, la cual prohíbe que los contratistas del gobierno federal discriminen respecto a la indefinida “orientación sexual” e “identidad de género” e impide la discriminación respecto a la “identidad de género” en la contratación de empleados, manifestando que esto era “preocupante y desalentador”.
Acoger al forastero: Consejos prácticos para las personas indocumentadas
Cuando Diana Campos vino a vivir a los EE.UU., era apenas una bebé.
“Nací en México y llegué a los EE.UU. cuando tenía un año. He vivido aquí mi vida entera,” dijo Campos.
“Al ir creciendo como persona indocumentada, me acostumbré a sentirme como una mexicana americanizada, viviendo en una sociedad que no me aceptaba del todo. Me gradué de la escuela preparatoria en el 2012 y recibí cartas de aceptación para universidades a las cuales no pude ir. Manejaba con el temor de que algún día me pararan sin licencia para conducir. Al no contar con un permiso para trabajar, me sentía inútil y mi futuro parecía sombrío,” dijo. “Me quitaron los derechos fundamentales, los que yo, como persona de fe, sabía que toda persona tiene al nacer”.
En este momento en que la nueva Administración toma acciones, el futuro de casi 11 millones de personas indocumentadas se ha vuelto incierto. Algunas de nuestras comunidades se han impregnado con una sensación de angustia porque muchos temen que sus familias se verán separadas y sus vidas destruidas.
La Iglesia católica cree que a los migrantes se les debe acoger con dignidad y respeto – como si estuviésemos recibiendo al mismo Cristo. Los migrantes salen de sus países de origen por varias razones, muchos de ellos escapando porque sus vidas se ven amenazadas en zonas de guerra y por pobreza extrema. En los Estados Unidos y alrededor del mundo, la Iglesia dedica ayuda, tanto pastoral como material, para “acoger al forastero”.
Una de las mayores preocupaciones es el temor de que se eliminen los programas de DACA (Acción diferida para personas que llegaron al país siendo niños) y DAPA (Acción diferida para los padres de ciudadanos o residentes legales permanentes). DACA y DAPA fueron creados para las personas indocumentadas que fueron traídas a los Estados Unidos cuando eran niños, ofreciéndoles un amparo para no ser deportados (acción diferida).
“DACA cambió mi vida y mi perspectiva de vida completamente,” dijo Campos.
Encontrar la fe estando en prisión
Cuando el Obispo de Stockton, Monseñor Stephen E. Blaire, salió por las siniestras compuertas de acero del Instituto Vocacional Deuel, en Tracy, en las últimas horas de la Nochebuena, recibió un cuadro pequeño, pero impactante, de una cruz que levantaban tres prisioneros.
La atractiva imagen era un regalo de los prisioneros a su propio sacerdote. El Obispo Blaire ha pasado cada una de las últimas 19 Nochebuenas celebrando la misa con los hombres dentro de la prisión, en su pequeña Capilla de Nuestra Señora de la Esperanza. La capilla sirve como un pequeño refugio en el duro entorno de la prisión y tiene un crucifijo tradicional representando a Cristo en su último sufrimiento.
Pero este año las autoridades de la prisión colocaron un panel de madera encima de la cruz de la capilla, debido a una demanda legal que requirió que se hiciera una reevaluación del espacio disponible en la capilla.
Monseñor Blaire explica: “El cuadro expresa el dolor que estos hombres sienten al tener la imagen de Cristo que sufre con ellos, encapsulada en una cubierta de madera con clavos.
Ore y Actué el 8 de febrero para acabar con la trata de personas
El Pontificio Consejo “Justicia y la Paz” y la Unión Internacional de Superiores Generales ha designado este miércoles 8 de febrero como la jornada anual de oración y concientización en contra de la trata de personas.
El 8 de febrero es la festividad de Santa Josefina Bakhita, quien fue secuestrada cuando era niña y vendida como esclava en el Sudán e Italia. Con la ayuda de las Hermanas Canossianas, entendió que fue creada a imagen de Dios y que poseía dignidad humana, se negó a ser esclavizada y se convirtió en hermana Canossiana, dedicando su vida a dar testimonio de cómo se salvó de la esclavitud y consolando a los pobres y afligidos.
La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) ha publicado unas guías para ayudar a las parroquias y feligreses en sus actividades para ayudar a combatir este horrendo delito contra la humanidad.
Favor de apoyar la Ley BRIDGE y proteger a los jóvenes de DACA
La Ley BRIDGE (que impide la exclusión de las personas que sueñan y mejoran nuestra economía), S.128/H.R. 496, fue recientemente presentada en el Congreso como una medida bipartidista para mantener el amparo temporal que impide la deportación y permite que trabajen los jóvenes mediante el programa DACA (Acción diferida para personas que Llegaron al país siendo niños) del Departamento de Seguridad Interna En conformidad con la Ley BRIDGE, los jóvenes que llegaron a los Estados Unidos siendo niños mantendrían su elegibilidad para trabajar y vivir en los Estados Unidos sin el temor a la deportación y a la separación familiar, siempre y cuando reúnan ciertos requisitos, como el demostrar un compromiso a la educación o al servicio honorable en nuestras fuerzas militares y no tener antecedentes de delitos serios.
Hay más de 750,000 jóvenes que han recibido y se han beneficiado de DACA. Estos jóvenes ingresaron a los EE. UU. siendo niños y conocen este país como su única casa. Ellos contribuyen a nuestra economía, son veteranos de nuestras fuerzas militares, han sobresalido en sus estudios universitarios, y son líderes en nuestras parroquias y comunidades. Como católicos, hemos apoyado por mucho tiempo a los jóvenes de DACA y a sus familias ya que creemos en proteger la dignidad de todo ser humano, especialmente la de nuestros hijos.
Pida a sus Senadores y Representantes que apoyen y copatrocinen la Ley BRIDGE.
3 de febrero de 2017
Tomo 10, No. 5