Los individuos y grupos de la localidad pueden marcar una verdadera diferencia. Ellos pueden infundir un mayor sentido de responsabilidad, un firme sentido de comunidad, la disponibilidad de proteger a otros, un espíritu de creatividad y un profundo amor por la tierra. – Papa Francisco
En noviembre de 2018, el pueblo de Paradise y las zonas circundantes, en el Condado de Butte, quedaron devastadas por el peor incendio arrasador en la historia del estado. El mismo pueblo de Paradise virtualmente desapareció y se perdieron casi 90 vidas en el Incendio Camp, uno de los más mortíferos en el país.
Como resultado, las familias siguen luchando para recuperar algún sentido de normalidad en sus vidas. Este es un reto extremadamente difícil ya que los hogares de muchas de estas familias quedaron destruidos o inaccesibles. Adicionalmente, muchas de las escuelas también desaparecieron, dejando desplazados a 4,000 estudiantes.
Para aligerar la lucha que enfrentan las familias con hijos de edad escolar, desplazados por el Incendio Camp, la Diócesis de Sacramento rápidamente les tendió la mano para ofrecerles ayuda. Específicamente, la Diócesis ofreció los lugares que tenían disponibles en las escuelas primarias y secundarias católicas, en el Norte del Valle de Sacramento, a todos los estudiantes afectados por el incendio. Aunque la matrícula en una escuela católica diocesana normalmente varía entre los $5,000 a $6,000 por el primer niño(a), estas vacantes no cobrarán matrícula por lo que queda del año escolar.
Para enero de 2019, se habían matriculado 30 niños en las escuelas católicas participantes y se espera que ingresarán más.
En una carta escrita en noviembre, anunciando el programa de matrícula gratuita, Lincoln Snyder, Director Ejecutivo de las Escuelas de la Diócesis de Sacramento, escribió que la Diócesis “está desconsolada por la devastación que ha causado el Incendio Camp, y el número de familias que éste ha dejado desplazadas… Muchas familias han perdido casi todo en este incendio, y el poder regresar a una escuela podría ser una importante fuerza estabilizante en la vida de un niño(a)”.
Snyder también señaló que “El incendio y sus secuelas nos ofrecen una valiosa lección sobre el papel de las escuelas católicas en el apoyo que se puede brindar a nuestras comunidades en tiempos difíciles”. De hecho, la Iglesia católica, en su conjunto, siempre ha procurado brindar apoyo material y espiritual a las personas que sufren por los desastres naturales.
En seguida de haber iniciado el Incendio Camp, el Papa Francisco oró de manera especial por las víctimas del incendio y por los que sufrían el frío extremo en la Coste del Este, durante el Angelus del mediodía en la Plaza de San Pedro: “Oro especialmente por las personas afectadas por los incendios que plagan a California, y por las víctimas de la helada en la costa este de los Estados Unidos. Que el Señor reciba a los fallecidos en Su paz, consuele a sus familias y apoye a las personas que participan en las medidas de rescate”.
Nueve estudiantes se han matriculado ya en la Escuela Notre Dame en Chico, ubicada aproximadamente a 15 millas al oeste de Paradise. Algunas de las familias de estos estudiantes han perdido sus casas por completo en el incendio. La directora Terri Schwabauer expresó: “Es realmente gratificante poder ofrecer este tipo de ayuda a las familias [desplazadas]”. Ella señaló que los estudiantes han acogido con extremo positivismo a las familias desplazadas y han ayudado a juntar ropa para éstas.
De forma similar, en la Escuela de San Tomás Apóstol en Oroville, ubicada a 20 millas de Paradise, cuatro familias afectadas por el Incendio Camp han matriculado a sus hijos gratuitamente por lo que queda del año escolar. La directora Kasia Heinert compartió relatos conmovedores de estudiantes que preguntaban qué podían hacer para ayudar. Un alumno del octavo año quería presentarse personalmente a los nuevos estudiantes. Una alumna del quinto año pidió la ayuda de su familia y amistades en el sur de California, lo cual logró que la escuela recibiera tarjetas de regalo por aproximadamente $500, para distribuir a las familias desplazadas, en la Navidad. “Ha sido reconfortante ver la bondad y el altruismo que nuestros estudiantes han demostrado desde que este terrible suceso causara estragos en nuestro condado,” reflejó Heinert.
Para las personas interesadas en apoyar la iniciativa de la Diócesis para proveer una educación gratuita a las familias afectadas por el Incendio Camp, la Diócesis ha creado un fondo especial para los Estudiantes del Incendio Camp. El dinero que se reúna para este fondo se utilizará para pagar por los uniformes, útiles escolares, almuerzos calientes, excursiones, y otros gastos educativos. La diócesis también piensa usar los donativos para ayudar a las familias actualmente matriculadas que fueron afectadas por el incendio y necesitan ayuda material, además de usarse para los costos de matrícula. Los donativos se pueden ofrecer en: https://www.scd.org/catholic-foundation/camp-fire-student-fund. Para finales de diciembre de 2018, el fondo ya había reunido más de $40,000 en subvenciones.
Sacramento Camp Fire Tuition Fund – https://www.scd.org/catholic-foundation/camp-fire-student-fund
Información adicional acerca de la educación – https://www.cacatholic.org/education