Los Obispos de California han publicado la siguiente declaración después de que el Gobernador Brown firmara el proyecto de ley ABx2-15 (Eggman) el Acta de la Opción al Final de la Vida:
“La legislación sobre el suicidio asistido por un médico (ABx2-15), firmada por el Gobernador Brown el día de hoy, permite que sea legal prescribir una dosis mortal de fármacos para asistir a los pacientes con enfermedades terminales a que se quiten la vida. Esta ley va directamente en contra de proveer cuidados compasivos de calidad a las personas que hacen frente a una enfermedad terminal.
“Todos los 48 hospitales católicos en California proporcionan excelentes servicios de cuidados paliativos, como deberían hacerlo todos los centros médicos para los pacientes con enfermedades terminales, pero que frecuentemente no hacen. Como Obispos Católicos en California, unimos nuestras manos a las de los grupos que defienden los derechos de los discapacitados, los médicos, otros profesionales sanitarios, y los defensores de las personas de la tercera edad para oponernos al suicidio asistido por un médico como la manera equivocada para promover la dignidad humana para las personas que enfrentan una enfermedad terminal.
“El Papa Francisco nos ha advertido sobre nuestra “cultura desechable”. ¿Acaso nos hemos convertido en personas tan insensibles cuando se trata de proteger el carácter sagrado de la vida que fácilmente aprobamos el que un médico entregue una dosis mortal de fármacos a alguien para que ponga fin a su vida en su momento más vulnerable, cuando más requiere ser cuidado con amor y atención?
“Nos sentimos decepcionados particularmente con el hecho de que los funcionarios públicos de nuestro estado consistentemente han ignorado las preocupaciones y riesgos tan reales que esto representa para nuestros hermanos y hermanas de las comunidades vulnerables de personas discapacitadas y de la tercera edad. En un sistema de asistencia sanitaria que lucha con costos que aumentan constantemente, las personas de la tercera edad y las personas con discapacidades corren un gran peligro ahora que el suicidio asistido se ha convertido en algo legal. La manera en que se ha aplicado esta ley en otros lugares nos demuestra que la opción de ofrecer la alternativa de fármacos mortales de bajo costo en vez de los cuidados médicos adecuados, es una tentación que no es resistida por mucho tiempo.
“Para las personas vulnerables, esto no es compasión. Ningún aspecto de esta ley apoya o promueve el bien común. Este proyecto de ley no hace nada para validar las vidas de las personas vulnerables. Como mínimo, este proyecto de ley afirma exactamente la contrario y solamente sirve para aumentar su angustia emocional. Además, facilita el que las personas de la tercera edad y las personas con discapacidades se sientan sutil, pero potentemente presionadas, a terminar con su vida para no convertirse en una carga emocional o económica para sus hijos.
“Nada ilustra los defectos de este proyecto de ley mejor que la manera en que éste llegó al escritorio del Gobernador Brown después que ni siquiera consiguiera ser aprobado en un comité durante el proceso legislativo normal. En una sesión legislativa extraordinaria convocada para ayudar a solucionar la carencia de mil millones de dólares en fondos para Medi-Cal y otros asuntos de financiación para los servicios de salud, la Legislatura y el Gobernador no abordaron los problemas ni ofrecieron maneras en que se pueden reducir los costos para los servicios de la salud. Millones de personas que reciben Medi-Cal aún no reúnen los requisitos para los cuidados paliativos u otros ‘servicios aptos para el final de la vida’. En vez de eso, la solución de los legisladores para reducir los costos de los cuidados de la salud es permitir que los médicos le pongan fin a la vida de una persona. Esto afectará de manera adversa a los pobres, ya que las personas que cuentan con recursos siempre tendrán acceso a los cuidados paliativos. Esto no es compasión.
“La Conferencia Católica de California ha tenido el gran orgullo de colaborar con la organización de Californianos Contra el Suicido Asistido (Californians Against Assisted Suicide) y sus socios de la comunidad que defiende los derechos de las personas con discapacidades, los defensores de las personas de la tercera edad, los grupos de médicos y otros profesionales sanitarios durante el debate sobre el suicidio asistido por un médico. Les damos las gracias a todos estos miembros y a los miles de católicos de todo el estado que han expresado su oposición por su extraordinaria labor y continuaremos colaborando con ellos en las tentativas para proteger a los californianos más vulnerables”.