Estimado Miembro de la Asamblea,
Para los católicos, la confesión es sagrada y la capacidad de confesar nuestros pecados de manera confidencial, es esencial para nuestra creencia y práctica religiosa.
La propuesta de ley SB 360 eliminara las confesiones confidenciales para los sacerdotes y decenas de miles de católicos que trabajan con ellos en parroquias, agencias y ministerios de la Iglesia.
Estamos de acuerdo con la intención detrás de la SB 360: que debemos proteger a los menores de edad de cualquier abuso. El clero y los ministros ya son “denunciantes obligatorios”, lo cual significa que, según las presentes leyes del estado de California, se les exige reportar sospechas de abuso infantil a las autoridades policiales. Por ello, para proteger a los niños no es necesario negarles la gracia de Dios en la confesión a decenas de miles de católicos en California.
Por favor, vote NO a la SB 360, a menos que esta sea enmendada, así se garantizara que todos los californianos puedan confesar libremente sus pecados a sus sacerdotes para recibir la gracia de Dios a través del sacramento.
Cualquier ley que no mantenga esta forma única de comunicación religiosa confidencial y al alcance de todos está equivocada y viola el derecho de los californianos a practicar su religión con libertad.
No debiliten el libre ejercicio de la religión – Voten No a la Propuesta SB 360
La Propuesta SB 360 (Hill, D-San Mateo) reconoce el interés público en la protección del derecho a la privacidad de toda persona cuando procura el perdón y la sanación espiritual en la comunicación religiosa con un miembro del clero, quien tiene el deber absoluto de mantener el carácter confidencial de esas comunicaciones.
Lamentablemente, las enmiendas a la Propuesta SB 360 negarían este derecho a individuos, basándose en su religión particular y su situación laboral – incluyendo negar este derecho a decenas de miles de empleados laicos de la Iglesia Católica en California.
Favor de votar NO en torno a la Propuesta SB 360, a menos que ésta sea enmendada. Cualquier ley que no mantenga la privacidad de esta singular forma de comunicación religiosa y su disponibilidad para toda persona, es inadecuada y vulnera el derecho de los californianos de practicar su religión libremente.