Año de la Misericordia: Los católicos de las bases trabajan para abolir el uso de la pena de muerte

Stanley “Tookie” Williams fue uno de los líderes de los primeros años de los “West Side Crips”, una pandilla del Sur Centro de Los Ángeles. Siendo una persona abiertamente volátil y violenta, Williams era drogadicto y le daba poca importancia a la vida humana. En 1979, Williams fue hallado culpable de cuatro asesinatos, dos con circunstancias extraordinarias por su índole aborrecible. Él recibió la pena de muerte como castigo.

Pero para cuando se ejecutó a Tookie Williams en el 2005, después de una suspensión de 24 años en el corredor de la muerte, se había convertido en un reconocido promotor antipandillas y defensor de la paz. Cuando estaba recluido, Williams fue coautor de nueve libros antipandillas para niños, un firme promotor de la no violencia y fue nominado varias veces para el Premio Nobel de la Paz.

Kent Peters, miembro del consejo de Personas de Fe de California Trabajando en Contra de la Pena de Muerte (California People of Faith Working Against the Death Penalty – CPF), recuerda la ejecución de Tookie.

“Aquí se encontraba un hombre que al final salvó cientos de vidas debido a su trabajo antipandillas dentro del corredor de la muerte,” recuerda Peters. “Tenía esta sensación inmunda al saber que el Estado estaba matando en mi nombre. Significó ejecutar a un activista por la paz”.

En este Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia, los católicos tenemos el llamado de practicar las misericordias que nuestro Dios de bondad nos han conferido tan abundantemente, incluyendo la del perdón. Aunque la pena capital pudiera parecer la respuesta obvia para los crímenes tan atroces contra la humanidad, especialmente aquellos que nos devastan personalmente, ésta no da lugar para la fidelidad o redención de Dios.

Esta es la razón por la cual Kent Peters se involucró con el grupo de Personas de Fe de California Trabajando en Contra de la Pena de Muerte a finales de la década de los 90 y por lo cual sigue colaborando con el capítulo de San Diego del grupo confesional que busca abolir la pena capital para siempre.

Como forma parte de la coalición estatal de mayor amplitud, el grupo local trabaja con otros miembros del clero de otras denominaciones en el área de la educación y proyección en contra de la pena de muerte. Uno de los mayores logros del grupo fue una reunión interreligiosa de clérigos en el 2006 con la entonces fiscal del distrito de San Diego, Bonnie Dumanis.

“Le explicamos a la Fiscal Dumanis que la pena es contraria a todas las tradiciones confesionales y presentamos nuestros argumentos,” dijo Jennifer Bonakdar, integrante del consejo CPF. “Es difícil saber si se debe a nuestra reunión, pero se ha producido un descenso significativo en el número de casos capitales juzgados en el área de San Diego desde entonces”.

Sin embargo, los obstáculos para vencer el uso de la pena de muerte son significativos.

Bonakdar recuerda que cuando trabajaba en una proposición del 2012 relacionada a este asunto, algunas personas “no tenían idea alguna de que siquiera existiera la pena de muerte en California. No se ha llevado a cabo ninguna ejecución desde el 2005, por lo tanto a veces las personas sencillamente no saben”.

Peters asiente. “Es fácil hacer este trabajo cuando se están llevando a cabo las ejecuciones, pero es más difícil obtener apoyo cuando pareciera que estamos viviendo un periodo de moratoria respecto a este tema”.

El grupo tiene programado realizar una marcha en el centro de la ciudad de San Diego el 4 de octubre para conmemorar el ‘Día de las Personas Condenadas Injustamente’ y trabajan arduamente para concientizar al público sobre las dos proposiciones sobre la pena de muerte que figuran en la papeleta de noviembre de este año.

“Estamos viviendo una época donde ha disminuido la delincuencia en California, ha bajado el índice de asesinatos, y no se ha llevado a cabo una ejecución en más de una década,” comentó Peters. “No queremos asustar a las personas y hacerles pensar que la pena capital funciona cuando hay otras maneras de impedir que las personas representen una amenaza”.

“Hay algo radicalmente preocupante en el espíritu humano para matar a otra persona que no representa una amenaza,” afirmó.  

Otros grupos confesionales como el de Católicos del Sur de California en Contra de la Pena de Muerte (Catholics Against the Death Penalty Southern California – CADPSC), un grupo con sede en la Parroquia de San Camilo (St. Camillus’ Parish) en Los Ángeles, se ha concentrado en dar a conocer la legislación que detendría la pena de muerte en California.

El grupo se movilizó hace años para poner en marcha las estrategias necesarias para conseguir la legislación. Con una reunión mensual, el consejo de la CADPSC se compone de católicos con una variedad de vínculos a la pena de muerte, incluyendo a un juez jubilado, un abogado, capellanes de las prisiones y una persona que fue absuelta y puesta en libertad de una condena de cadena perpetua después de purgar más de 20 años injustamente.

“Tenemos plazas a tiempo parcial para mantenernos organizados, hemos juntado firmas en las parroquias, realizado campañas de postales enviadas por correo y contamos con una oficina de conferencistas para que se corra la voz,” dijo el padre Chris Ponnet, un miembro activo del grupo y miembro por mucho tiempo del Consejo de Enfoque en la Pena de Muerte (Death Penalty Focus Board).

Este noviembre, California tiene dos proposiciones sobre la pena de muerte en la papeleta. La Proposición 62 eliminaría el uso de la pena de muerte en California y ha recibido el apoyo de la Conferencia de Obispos Católicos de California (CCC). La CCC también se opone a la Proposición 66, la cual eliminaría importantes salvaguardas que ayudan a prevenir que se ejecute a personas inocentes. Puesto que las proposiciones compiten entre sí, la que reciba la mayoría de votos prevalecerá.

Según deathpenaltyinfo.org, desde 1973, más de 150 personas han sido liberadas del corredor de la muerte por pruebas de su inocencia.  Desde enero, hay 743 presos en el corredor de la muerte en California. 

“Al acelerar las ejecuciones no solamente se correría el riesgo de ejecutar a una persona inocente, sino que la sociedad sufriría un efecto perjudicial al ver que se llevan a cabo ejecuciones con tanta regularidad,” afirmó el Padre Ponnet.

 

Enlaces:

Conferencia Católica de California – http://www.cacatholic.org/death-penalty

Catholic Mobilizing Network to End the Use of the Death Penalty – http://catholicsmobilizing.org/

People of Faith Against the Death Penalty – http://www.pfadp.org/

Catholics Against the Death Penalty Southern California – http://www3.stcamilluscenter.org/cadpsc/

 

 

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