Dios nos llama a todos a cuidar nuestra casa común – Resumen

 
Declaración Pastoral de la Conferencia de Obispos Católicos de California
en el cuarto aniversario de Laudato Si’: Sobre el cuidado de nuestra casa común  

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Resumen

California ha sido bendecida con una gran belleza. Dios se revela a través de toda la creación. La encíclica del Papa Francisco, Laudato Si’ nos llama a redescubrir con admiración y asombro la belleza de la creación. A su vez, debemos también responder al clamor de la tierra en su sufrimiento por nuestro maltrato del mundo natural.

En el cuarto aniversario de Laudato Si’ nosotros, los Obispos de California, publicamos esta Declaración Pastoral con un enfoque doble: para animar y vigorizar la implementación del llamado que hemos recibido para afrontar la crisis actual en California y a ofrecer una herramienta de enseñanza dinámica que evangelice a nuestra comunidad de fe católica y fuera de ella, a que respondan. En el contexto de nuestra doctrina católica respecto a la teología de la creación, invitamos al pueblo de California a reflexionar sobre las formas en que podríamos cuidar la creación de manera más fiel y eficaz como una forma de agradecer a Dios este gran regalo.

El título de la encíclica, Laudato Si’, proviene del himno de San Francisco del Siglo XIII, “El Cántico de las Criaturas”,  el cual utiliza la imagen católica tradicional de una relación armoniosa entre la familia de Dios, personificando a nuestro Creador y a todas las creaturas de Dios. El Papa Francisco entrelaza los dos siguientes temas a lo largo de la encíclica:

  • La ecología integral—comunicando cómo hemos de vivir en esta armoniosa relación con nuestro prójimo y con la creación, reconociendo la correlación de nuestra existencia con todas las dimensiones ambientales, económicas, sociales y culturales ;  y
  • el bien común, el cual es “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección”. (LS 156)

La encíclica señala que nuestra fe nos permite ver la increíble belleza del universo como algo abierto a la trascendencia de Dios (LS 79). San Junípero Serra, entre los primeros en catalogar la hermosura silvestre de California, captó bien el sentir de nuestra Declaración cuando escribió: “Bendito sea Él quien los creó”, refiriéndose a las bellezas naturales del medio ambiente en California.

Podemos ver los dones de Dios en los diversos aspectos de la vida aquí en California: la biodiversidad de las plantas y animales; la rica historia del estado, la cual incluye a sus pueblos indígenas y su reverencia por la tierra; el descubrimiento de oro en nuestras montañas; las maravillas de la belleza de nuestros Parques Nacionales; la productividad de nuestras tierras agrícolas; y los avances en la tecnología que han tenido efectos positivos en nuestras vidas.

Sin embargo, California también ha encontrado tremendos desafíos debido a los efectos destructivos de los incendios, las inundaciones, el cambio climático y la rápida urbanización.

Tristemente, no siempre hemos sido buenos administradores de nuestras bendiciones, muchas veces utilizando los dones de Dios sin cumplir con nuestras obligaciones morales de conservar y proteger nuestro medio ambiente o de atender el bienestar y la dignidad de todas las personas. La encíclica deja claro que hemos recibido el llamado para renovar nuestra humanidad común en respuesta a la crisis ecológica que enfrentamos en nuestras comunidades y medio ambiente (LS 9). Estamos llamados a una conversión ecológica para proteger la obra de Dios. El Papa Francisco nos llama a ver la relación vital entre la ecología del mundo natural y la ecología humana,  para que los humanos y la naturaleza tengan una buena relación.

Nosotros los Obispo, tenemos el compromiso de ayudar a que se cumplan las enseñanzas del Papa Francisco en Laudato Si’—haciendo un llamado a los fieles para que se comprometan con la solidaridad, la responsabilidad y el cuidado compasivo de toda la humanidad.  En colaboración con nuestros líderes pastorales e instituciones católicas, en comunión con Cristo y unos con otros en la Eucaristía, nos hemos comprometido a llevar el mensaje del Papa a las personas, por toda California. Para inspirar el cuidado de nuestra casa común, invitamos a todos los californianos a contemplar lo que cada uno de nosotros puede hacer mediante nuestras diversas ‘vocaciones ecológicas’:

  • Líderes pastorales e instituciones católicas. Alienten a los fieles a que hagan la Promesa de San Francisco de orar, actuar, y abogar por las soluciones a las perturbaciones climáticas. Integren los mensajes de Laudato Si’ en nuestro culto y compartan las herramientas prácticas de la enseñanza que proclamen los temas de la encíclica. Estudien las oportunidades para adoptar prácticas que promuevan la energía renovable, la desinversión en los combustibles fósiles, la conservación del agua, la salud ambiental y las iniciativas sociales prestando atención especial a las necesidades de las personas pobres y excluidas.
  • Jóvenes y jóvenes adultos. Busquen las oportunidades para orar en entornos naturales; inicien conversaciones con adultos mayores sobre la protección ambiental y una sociedad más inclusiva. Consideren cómo la carrera profesional propia podría cuadrarse con el llamado para que cuidemos de nuestra casa común e involucrar a otros de forma que pudieran ayudar a sanar la tierra.
  • Padres de familia, maestros y catequistas. Ayuden a concientizar y a desarrollar conocimientos en torno al medio ambiente que promuevan los principios de Laudato Si’ en el estilo de vida de todas las familias—incluyendo la protección de la naturaleza, la lucha en contra de la pobreza y la restauración de la dignidad de los excluidos. Asegúrense que la educación acerca del medio ambiente en nuestras instituciones de aprendizaje se basen en principios que sean auténticamente científicos así como éticos  (LS 209-215). Amplíen las oportunidades para la educación medioambiental al aire libre. Integren temas de Laudato Si’ en todos los ministerios y programas educativos católicos.
  • Funcionarios públicos. Aborden las cuestiones medioambientales con un planteamiento integral que se interese en todas las dimensiones ecológicas, sociales, culturales y económicas de la creación. Promulguen políticas que mejoren la calidad del aire, disminuyan los gases contaminantes, refuercen los sistemas del agua, protejan los ecosistemas valiosos y apoyen la salud de nuestros habitantes. Asegúrense que la transición de una economía derivada de combustibles fósiles no sobrecargue a los pobres.
  • Líderes empresariales. Reflexionen concienzudamente sobre su vocación a la luz del mensaje de Laudato Si respecto a la economía, las finanzas y las prácticas comerciales. Evalúen cómo sus empresas apoyan una transición hacia la sostenibilidad, el desarrollo humano auténtico, así como el impacto del comercio en los pobres. Consideren hasta qué grado sus iniciativas empresariales, productos y comercialización hacen frente a las necesidades humanas genuinas y promueven el bien común.  
  • Personas que trabajan la tierra y cuidan de ella. Reflexionen sobre cómo su trabajo puede compaginar mejor la producción económica y la protección medioambiental prestando atención a una mayor sostenibilidad. Conjuntamente con otras personas, promuevan economías agropecuarias que sean socialmente inclusivas y que resuelvan las necesidades de los que pasan hambre. Protejan y eduquen al público acerca del valor de los ecosistemas y cómo podemos vivir en una relación armónica óptima con la naturaleza en vista de las perturbaciones climáticas, los incendios y las sequías.
  • Artistas e innovadores. Descubran nuevas formas de resaltar la belleza de la creación e inspirar una cultura de atención humana y ecológica a la luz de las aplicaciones morales de la encíclica del Papa. Evalúen cómo su arte, diseño e innovación moldean la cultura humana. Inviten la iniciativa empresarial en el desarrollo tecnológico que renueve la cultura humana y el bien común.

Los Obispos esperan que esta reflexión sobre cómo las vías de Laudato Si’ se relacionan a nuestras vidas personales inspiren a los fieles y a toda persona de buena voluntad a procurar respuestas al llamado del Papa Francisco a una renovación espiritual  y que respondamos con medidas que dan vida al hacer frente a los desafíos que enfrentamos en el siglo XXI.

ELEMENTOS ADICIONALES

Conferencia Católica de California

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916.313.4000

 

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